viernes, 4 de septiembre de 2015

los recuerdos son fotos que toma el corazón de momentos inolvidables...

Pena, tristeza, pesar, moriña o depresión post-paraíso… como queráis llamarlo, pero eso es lo que siento al escribir estas  palabras y al contaros mi última semana en mi querida Bolivia, en mi eterna primavera en Cochabamba…

Ha sido una semana muy dura para mí y se ha volatilizado tal cual, os puedo asegurar que ha sido la semana más rápida de mi vida entera, han ido desapareciendo los días entre mis dedos sin poder reaccionar…

Para esta semana decidimos hacer un taller sobre los animales, donde queríamos hacer una comparativa de los animales que viven en el circo con los animales que están en libertad en la selva.
El lunes fuimos al pueblo de Huayllani, y volvíamos a estar solos con Lupe y con Arturo, después de la partida de nuestros amigos franceses, durante el camino en el bibliobús se palpaba una atmósfera un poco triste pues Gonzalo y yo fuimos durante todo el camino con la idea en la cabeza de que ese era el último día que hacíamos ese camino.

Cuando llegamos estaban como siempre esperándonos en la puerta,  ansiosos por nuestra llegada. Hicimos la lectura libre como cada lunes, quería disfrutar de cada gesto y cada mirada de felicidad al leer aquellas historias, al pasar aquellas páginas, al rebuscar entre las cajas de libros y descubrir una nueva historia que les hiciera soñar…

Después de la lectura hicimos la ronda pero esta vez en lugar de cantar nuestras canciones hicimos un juego relacionado con los animales para hacer algo distinto nuestro último día. El juego constaba en pasar un enorme globo terráqueo que nos trajo Carla, con todos los animales más característicos de cada país representados en su correspondiente lugar. Antes de soltar el globo se decía una letra y el que lo recibía debía decir un animal que empezara por esa letra, y así sucesivamente.

Tras la ronda les explicamos la que iba a ser nuestra actividad. Sobre todo lo que pretendíamos con este taller era que los niños descubrieran como viven los animales en libertad en su hábitat natural y la diferencia que hay con los que viven en cautividad trabajando para el ocio y disfrute de los demás. Por lo tanto en asamblea empezamos a hablar sobre el tema en cuestión debatiendo sobre ello.

Dividimos al gran grupo en dos y cada grupo preparó un escenario, en un gran papel continuo. A uno le tocaba realizar el circo y a el otro la selva. Los hicieron con pinturas blandas y les enseñamos la técnica de marcar fuerte con la cera e ir restregándolo con el dedo, les encantó la idea e hicieron dibujos magníficos. Cada grupo puso todo su interés y concentración para realizar con esmero sus respectivos murales, el grupo del circo pintó una enorme carpa llena de muchísimos colores vivos, dentro de la carpa dibujaron un gran payaso y animales típicos del circo, un trabajo maravilloso como siempre. Pero no os creáis que el grupo de la selva fue para menos, llenaron su mural de palmeras, árboles tropicales, tucanes, mariposas exóticas, monos colgados con lianas, un auténtico espectáculo. Por último colgamos nuestras obras de arte en el emplazamiento para que todos pudieran admirarlo.

Después preparamos unas caretas de 5 animales, elefantes, leones, monos, jirafas y cebras. Los niños pintaron las caretas las recortaron y les pusimos un cordel de lana por detrás. Cuando a los niños les poníamos las caretas era como si les estuviésemos regalando un tesoro… Empezaron a correr como locos unos detrás de los otros, simulando que los leones se comían a las cebras, los elefantes tenían una enorme trompa que simulaban con el brazo, se ponían delante de los escenarios y los monos pensaban que se lanzaban de liana a liana entre las palmeras…fue una maravilla el poder observar esos juegos llenos de imaginación y contagiosos de felicidad.

Cuando terminaron todos de realizar sus caretas miramos el reloj y nos dimos cuenta que el tiempo se nos había echado encima sin darnos cuenta, Lupe los reunió a todos y les comentó que ese era nuestro último día de bibliobús con ellos y para despedirnos cantamos nuestras canciones, las cuales estuvieron pidiendo sin parar durante toda la tarde repitiendo que no las habíamos cantado.

Y comenzó mi derrumbamiento recibiendo abrazos de esos de verdad que te llenan el cuerpo de una sensación de tranquilidad y calidez… cada abrazo y beso iba acompañado de un no te vayas, un cuando vuelves o un quédate aquí para siempre… en ese momento me di cuenta que a mi estos niños me han enseñado muchísimo durante mi estancia, sobre la vida, sobre el amor, sobre la amistad, sobre la familia… y me han hecho descubrir mucho más sobre mi misma y sobre lo que soy capaz de hacer en mi vida…



El martes fuimos a despedirnos de nuestras bestiecillas a Putith central, hoy nos acompañaba una antigua voluntaria del bibliobús, que lleva varios años colaborando en la labor pero que durante algunas temporadas tiene que hacer descansos por sus estudios. Es una chica estudiante muy jovencita, natal de Cochabamba, muy dulce y con una sonrisa enorme que te atrapa.  Les va acompañar durante una larga temporada otra vez, los martes y jueves.

Cuando llegamos nos estaban esperando jugando en el parquecito que está dentro del recinto donde realizamos el bibliobús. Les dejamos un rato soltar toda esa adrenalina que poseen estos niños que algunas ocasiones os puedo asegurar que parece de cuarto milenio para llevarlo como misterio sobrenatural a Iker Jimenez…

Como de costumbre hicimos nuestra lectura libre y en la ronda repetimos nuestro juego con el globo terráqueo de los animales. El juego les divirtió mucho y captamos rápido su atención sobre el tema, el problema fue cuando empezaron a revolucionarse e iban a por el globo todos en manada. Ese día nuestra despedida fue anunciada en la ronda porque sabemos que con estos niños cuando se va acercando la hora de la merienda desaparecen y yo no queríamos perdernos un abrazo de cada uno de ellos…

Les explicamos la actividad igual que el día anterior y repetimos el mismo procedimiento. Los paisajes fueron tomando forma, pero tardaron un poco más en realizarlos, aun así quedaron trabajos impresionantes. Después realizaron sus caretas y quedaron encantados con ellas, al igual que el día anterior según iban colocándoselas se iban convirtiendo en leones, jirafas, elefantes… iban correteando de un lado a otro de la sala sin parar…


Esta semana se me estaba pasando en un suspiro y ya estábamos a jueves, pero estaba contenta porque por fin iba a volver a Pampa San Miguel a ver a mis niños. Cuando llegamos a la cancha ese día estaba cerrada, así que decidimos esperarlos allí y subirnos a la de arriba como ya hemos hecho en otras ocasiones.

Iban llegando poco a poco como ovejitas rezagadas, y conforme lo hacían se iban acercando a mí dándome un abrazo y preguntándome porque no había ido y que me habían echado mucho de menos. Cuando ya estuvimos todos montamos en el autobús y nos pusimos en marcha. Aquel momento en el que estábamos más apretados que sardinas en lata, los niños montados encima de mí, y todos cantando nuestras canciones de la ronda no lo cambio por nada, era como revivir esa sensación de cuando tienes 8 años y te vas a una excursión escolar…

Cuando llegamos sacamos entre todos las sillas y las mesas del bibliobús, trabajábamos todos en cadena como un gran equipo y fuimos montando nuestro espacio. Hicimos la lectura libre y formamos nuestra ronda. Volvimos a realizar el juego de los animales y les encantó, disfrutaron mucho con él y estuvimos un gran rato jugando. Pero cuando acabamos de jugar nos pidieron las canciones y como no, no podía darles el gusto.

Empezamos la actividad y seguimos la misma dinámica. Los murales fueron increíbles, los trabajaron muchísimo, se concentraron y se esmeraron una barbaridad. La carpa de circo fue espectacular con varios payasos, con infinidad de colores y detalles. Y la selva fue alucinante, la pintaron con muchísimos árboles tropicales y con infinidad de animales exóticos, parecían haberse trasladado cada uno a su mundo y estaban muy dentro. Pintaron sus caretas y se iban con ellas a jugar más contentos que un niño con zapatos nuevos.

Durante toda la semana que hicimos el taller se iban muy felices con ellas puestas, pero allí todo es especial como siempre, esa felicidad estaba cargada de agradecimiento e ilusión, y es que la felicidad no depende de lo que uno tiene, sino del buen uso que hace de lo que tiene.



El viernes nuestra pena iba en aumento era nuestro último día ese gran proyecto y del que saco muchísimos y maravillosos aprendizajes, y es que después de esta experiencia sé que todo es posible en la medida que tú creas que es posible.

Llegamos a la guardería y el recibimiento fue increíble, empezamos con nuestro cuentacuentos y a disfrutar de ese momento que tanto me gusta pues no sé si se meten más ellos en la lecturas o yo. Me encanta escenificar y exagerar todas las escenas de los cuentos con ellos y trasladarnos juntos a ese mundo maravilloso.

Después realizamos nuestra ronda que volvió a ser dirigida por nuestra pequeña Britany, me encanta el entusiasmo que pone en cada canción, esa ilusión en cada letra o cada nota musical, o el arte que pone en cada baile. Ese día íbamos a realizar la estación del otoño, para el otoño preparamos paisajes de niños con hojas volando por todos los lados, y una gran hoja de otoño.

En los paisajes pintaron con lapiceros a los niños y las hojas que estaban volando las decoraron con muchas secas que cogimos por el parque. Y la otra ilustración la pintamos estampando trapos arrugados en pintura de dedos marrón y le dimos matices con un cepillo de dientes mojado en pintura verde, amarilla y naranja. Disfrutaron mucho con la actividad y terminaron sus trabajos como siempre con rapidez, deseando pegar en el árbol gigante su obra de arte.

Cuando todos acabaron nos hicimos una bonita foto de grupo delante de nuestro árbol, y nos despedimos de los niños en ese momento, empezaron a darnos abrazos sin parar, se dividieron entre Gonzalo y yo y nos dieron un abrazo en común, en el  cual tengo que confesaros que, esa lagrimita que lleva una semana resistiéndose a salir por no creerse que este sueño se estaba acabando, despertó y salió irremediablemente disparada y seguida por unas cuantas más. Y es que de verdad me han tocado el corazón, se han metido dentro y se han hecho un gran hueco en él cada una de estas maravillosas personitas.

Y es que el destino pone a muchas personas en tu vida, pero sólo las mejores permanecen para siempre.



El tiempo pasa tan rápido que cuando quieres darte cuenta el mañana ya es ayer, y así me paso con el fin de semana que cuando quise darme cuenta era lunes y me tocaba marchar de camino a la paz, decidimos que era nuestro último día en Cochabamba, y queríamos disfrutar de nuestros paseos por el prado, de los puestos ambulantes por las calles llenas de vida, de los malabaristas haciendo sus grandes espectáculos en cada semáforo de la ciudad y sobre todo deleitarme por última vez del lugar que más me ha enamorado de esta ciudad, ese mercado maravilloso de la cancha, el mercado más grande de toda Sudamérica en el cual se resume el encanto de esta ciudad.




El día del martes lo pasamos por la paz visitando los lugares que nos faltaban por ver, puesto que habíamos pasado por la paz unas cuantas veces pero había sido de paso. Cogimos el teleférico y vimos las impresionantes vistas que tiene la paz, una ciudad que surge como en medio del cráter, entre montañas que parecen hechas de ladrillo naranja de todas las casas que ascienden, agolpadas, por las laderas.

Visitamos todo el centro de la ciudad con la plaza de San Francisco, en la que se encuentra en el mercado de Lanza, dentro del cual se encuentran unas casetas en las que se instalan los libreros, donde se encuentran libros de todo tipo con la particularidad de que su precio no se basa en la calidad o antigüedad sino del peso que tiene.

Pasamos por los lugares más característicos de la Paz, como la plaza de Murillo con la catedral, el paseo del Prado, la plaza del Estudiante y la universidad, vamos que nos pegamos una buena caminata… Pero lo que más me gustó y me enamoró de todo lo que vi en la Paz fue el mercado de las Brujas, un lugar insólito en la calle Linares, lleno de puestecillos en los que venden todo tipo de amuletos y figurillas de la suerte, pero sin duda lo que más me llamó la atención son los fetos de llama colgados por todas partes.

Y es que viajar abre tu mente y te garantiza descubrir otro mundo y ver con otros ojos. Y cuando tu mente se abre a una nueva idea o experiencia, jamás se volverá de su tamaño original…




lunes, 24 de agosto de 2015

El arte no tiene guiones...

Hola holaa vuelvo otra vez como cada lunes a contaros mis anécdotas…

Cada vez me cuesta más escribir este blog, veo que se va acercando el momento de irme de este bello país y me resisto a la idea de pensarlo… No sé cómo ha podido pasar tan deprisa el tiempo y pensar que llevo aquí más de dos meses me resulta increíble….

Esta semana decidimos realizar el taller de las estaciones en todos los pueblos que visitamos, como vimos que funcionaba tan bien y quedaban unos trabajos maravillosos implantamos el taller en los tres pueblos a los que acudimos lunes, martes y jueves. Como los niños son más mayores que los del viernes pensamos que sería más apropiado realizar las cuatro estaciones en un día y que fueran ellos quien realizaran también los árboles, queríamos darles total libertad para que experimentaran con el arte y con las manualidades y que crearan ellos sus propios paisajes…

Como cada lunes fuimos a Huayllani y ese día tuvimos la compañía de Delphine, una chica francesa que vino de voluntaria en el mes de mayo y se fue justo cuando nosotros llegamos, de viaje por el país.  Y quería volver a disfrutar del inmenso cariño que desprenden estos niños antes de volver a casa.

Los chicos nos recibieron con muchísimo entusiasmo como siempre, esperando al bibliobús en el lugar donde realizamos el taller y con tanta impaciencia que casi no dejaban aparcar el bus a Arturo abriéndonos la puerta en marcha. Ese día tuvimos mucha asistencia incluso de niños nuevos que no habían acudido nunca. Hicimos lectura libre y nos dimos cuenta de la necesidad que tiene ese pueblo del proyecto puesto que muchos de los chicos nuevos tenían mucha dificultad para leer con soltura, pero lo emocionante fue ver a sus compañeros animándoles con la idea de que ellos cuando llegaron al principio les costaba mucho leer pero que poco a poco con el bibliobús fueron aprendiendo.

Después realizamos nuestra famosa ronda de canciones que como os cuento en cada entrada ya se está convirtiendo en el hit del verano…bueno aquí invierno. En la ronda les comentamos la actividad que íbamos a realizar con las estaciones, hablamos del tiempo característico que hacía en cada una de ellas, cuanto tiempo duraban, que ropa se utiliza…

Dividimos al gran grupo en cuatro  uno por cada estación y a cada uno de ellos les repartimos material distinto para realizar sus murales. Queríamos que experimentaran con diferentes técnicas, diferentes materiales y sobre todo que disfrutaran con la actividad.

Les dimos papel continuo para que realizaran el árbol y témpera de dedos para que lo pintaran, es alucinante ver como disfrutan los niños manchándose con la pintura, como dice mi madre más felices que un cerdo o chancho, como le dicen aquí, revolcándose en el lodo… Después de que cada grupo realizara su árbol les dimos imágenes correspondientes a cada estación para que decoraran sus paisajes, todos disfrutaron mucho de la actividad tanto que se nos pasó la tarde en un suspiro.

Cada panel quedó precioso a cada cual más bonito y lleno de detalles, decidimos colocarlos en las paredes del lugar donde acudimos para que todo el pueblo pudiera admirar la obra de arte que habían realizado los niños y para darle un poco de vida y alegría.



El martes fuimos otra vez con nuestros pequeños diablillos pero teníamos la impresión que a través de nuestro empeño en presentarles cosas novedosas íbamos ganando su atención y sus ganas de participar y trabajar. Además hemos descubierto que trabajando con ellos en pequeños grupos podemos manejarlos mucho mejor.

Cuando llegamos estaban revolucionados como de costumbre y corriendo de un lado para otro, hicimos un poco de lectura libre e hicimos la ronda porque sin lugar a dudas necesitaban cantar y bailar un poco para soltar toda esa gran adrenalina que desprenden…como dice el dicho la música amansa a las fieras.

En la ronda explicamos como el día anterior la actividad que íbamos a realizar, volvimos a hablar de las cosas que caracterizan cada estación y pareció que captamos su atención totalmente puesto que la idea de pintar y utilizar materiales distintos les encantaba, ya que mientras estaban realizando la actividad nos repetían a cada momento que ellos nunca habían hecho eso y se les veía emocionados.
Al dividir al gran grupo en cuatro nos pudimos poner a trabajar un par de voluntarios por grupo y el trabajo fluyo de una manera sobrenatural. Acabaron sus murales mucho antes de lo previsto y realizaron trabajos espectaculares.

Se les veía disfrutar con cada cosa que hacían y el trabajar en grupo les vino genial puesto que se ayudaban los unos a los otros, era un compañerismo leal y verdadero. Todos estaban orgullosos del trabajo que hicieron y lo mostraban a todo el mundo como si hubieran hecho la mejor obra de arte del mundo, y es que si os soy sincera para mí lo eran.

Pegamos los murales en el comedor donde realizamos el bibliobús y cuando sus padres iban a recogerlos los llevaban directamente hacia ellos, mostrando sus murales, explicándoles que habían utilizado para hacer esto, o para hacer lo otro, con unas caras de felicidad que no creo que pueda borrarlas nunca de mi mente.

Cada día me voy más contenta del trabajo que realizamos con estos niños y de cómo hemos mejorado cada semana hasta el punto de ver que sienten pasión por lo que están haciendo.



El martes después de venir de Putitih Central le realizamos una pequeña cena de última despedida a Anne puesto que se nos iba el miércoles por la mañana. Fuimos Gonzalo, Carla, Antony y yo al mercado y compramos comida para preparar un festín como se merecía la ocasión. Yo iba a volver a hacer mi tortilla de patata con pimientos y cebolla, y no es que no sepa hacer otra cosa, que soy una chef profesional…jejeje es que a Anne le vuelve loca la tortilla y quería darle el gusto de que se llevara un buen recuerdo de nuestra gastronomía, antes de volver a su tierra natal. Pero la sorpresa me la lleve yo cuando me volvió a sacar un paté de los de su pueblo que estaba para rechupetearse los dedos…oh esta Anne por mucho que os cuente de ella no puedo dejarla a la altura de lo que se merece, os aseguro que en mi vida he conocido mujer como ella y me llevo una madre francesa para siempre.

Fue una cena muy agradable pero si os soy sincera yo me lleve una sensación agridulce, porque me daba mucha pena que se fuera, ya que ha sido para mí aquí un punto de referencia y se ha portado de manera increíble, pero a la vez me iba contenta porque sabía que iba a encontrarse con mis queridas amigas de La Llave Maestra e iban a darle en Madrid un recibimiento por todo lo alto, con su tour por la ciudad y sobre todo con el tour por los bares de tapeo y cervecitas fresquitas de Madrid… ay yo a Bolivia le ponía la tradición del tapeo y entonces si que no había nadie que me moviera de aquí.

El jueves por desgracia volví a sentirme indispuesta con vómitos y me volvió a resultar imposible acudir a mi cita con mis niños de Pampa San Miguel…de verdad que si os digo que me destroza por dentro no acudir no os hacéis una idea, puesto que aunque este mal decirlo son con los que más disfruto haciendo las actividades porque son los que más disfrutan con todo lo que se les propone…hice un esfuerzo hasta el último minuto para poder ir pero parecía que me hubiera caído la negra con los jueves… Aun así pedí fotos y que me contaran con detalle cómo había ido la jornada y fue un éxito como siempre con esos niños y es que realizaron unos murales preciosos y disfrutaron como enanos con la actividad. Lupe me volvió a decir que todos preguntaron por mí y que me echaban de menos, que se lo pasaban en grande conmigo…y ya lo que me faltaba para que terminara de enamorarme de ellos hasta las trancas…



El viernes volvíamos con mis wawas, que es como se les dice a los niños pequeños en Bolivia, esos chiquillos que me tienen el corazón robado y se me cae la baba con ellos. Cuando llegamos el recibimiento fue impresionante como siempre con abrazos y besos de esos que te dejan sin respiración, y es que el cariño y el amor que recibo de ellos es algo que no cambio por nada del mundo.

Dedicamos como cada viernes un tiempo al cuentacuentos en el que disfruto una barbaridad con la atención que me prestan, les cambio la entonación, les hago mímica y escenificamos cada imagen del cuento, y ver esas sonrisas y esas caras de felicidad hace que me sienta más hinchada que un globo de satisfacción.

Después realizamos la ronda en la que hemos descubierto una nueva estrella del espectáculo, una niña con un arte y un salero que encandila a cualquiera, le encanta llevar la batuta y canta las canciones con un entusiasmo que nos deja a todos anonadados, nos va indicando el ritmo de las canciones y el orden en las que tenemos que cantarlas y lo hace con una naturalidad que me deja alucinada…

Ese día íbamos a realizar  la primavera, que como ya os comenté en la entrada anterior para ello preparé unas flores enormes que decoramos con los trozos de tela de muchos colores que nos trajo Colette y unos paisajes de niños a los que pegamos flores naturales.

La técnica de la primavera fue la que utilizamos los días anteriores en los otros pueblos y los resultados que obtuvimos fueron mucho mejor de lo que nos esperábamos, pensábamos que al ser más pequeños les iba a costar un poco más realizar las composiciones pero hicieron unos trabajos para enmarcar y colgarlos en el salón de casa…

Hicieron el trabajo con una precisión y rapidez increíble, decoramos nuestro árbol con todos los trabajos y quedó un resultado precioso…


Y es que para mí todos los niños son unos verdaderos artistas porque todo niño cree ciegamente en su propio talento, y la razón de esto es que no tienen miedo a equivocarse…cosa que deberíamos aprender e interiorizar todos…


lunes, 17 de agosto de 2015

No viajamos para escapar de la vida sino para que la vida no se nos escape...

Hola ya estoy aquiiiii….

Vuelvo una semana más cargada de historias para contaros y para que viváis conmigo esta magnífica experiencia.

Tengo la sensación de que se me va escapando el tiempo y no sé cómo agarrarlo bien fuerte para detenerlo y que los días no pasen tan deprisa…parece cuando va quedando poco para volver aun el tiempo se volatiliza con más velocidad…

Bueno creo que voy a dejarme de melancolías y sentimentalismos que al final me pongo tontorrona y voy a entrar el meollo…jejeje.

Esta semana seguíamos con nuestro taller de sensibilización de la discapacidad, habíamos planificado para estas sesiones una dinámica que llamamos “ponte en mi lugar”, el objetivo que queríamos conseguir con este taller era que los niños consiguieran concienciarse de lo  que significa tener una discapacidad y lo que sienten esas personas cuando la sufren.

Cuando llegamos el lunes a Huayllani nos encontramos con la sorpresa de que habían acudido muy pocos niños ese día, pero como siempre los que estaban tenían una vitalidad enorme y con una sonrisa permanente pintada en la cara. Anne se preocupó por la falta de asistencia en este pueblo al que tanta falta le hace el trabajo que realizamos en el bibliobús y decidió marcharse con Lupe a hablar con el presidente del barrio para ver qué solución podían encontrar para aumentar la asistencia y volver a ser un hervidero de niños.

Así que nos quedábamos a cargo de todo Gonzalo y yo, por lo que no hubo ningún problema ya que hemos pillado a la perfección al funcionamiento del bibliobús, y tenemos a los niños encantados con nuestras canciones y juegos. Por lo tanto decidimos seguir con nuestra planificación y seguimos la misma dinámica de siempre.

Empezamos con la lectura libre y nuestra asamblea con las canciones, a las que cada día añadimos una nueva y es impresionante la capacidad que tienen para recordarlas y cantarlas como un coro de lo más ensayado… Queríamos esperar a Anne y a Lupe para que pudieran participar en la dinámica “ponte en mi lugar” mientras llegaban de su reunión con el presidente del barrio, así que decidimos realizar un juego con ellos, el famoso juego del pañuelo, al cual ellos no habían jugado nunca y con el que se lo pasaron como enanos y nosotros los que más, tanto que cuando llegaron Anne y Lupe no queríamos parar ninguno de jugar…

Empezamos con la dinámica para la que habíamos preparado un circuito al que llamamos  “Dando palos de ciego” en el que cada niño debía recorrer con los ojos tapados una serie curvas y obstáculos y que debían superar con la ayuda de las instrucciones o indicaciones del resto de sus compañeros.
El juego funcionó a la perfección y después de cada recorrido preguntábamos a cada niño que sensaciones había sentido, casi todos nos confesaban que les daba miedo no saber que tenían delante, confusión y sobre agobio e incertidumbre. Queríamos que fueran conscientes de que es lo que siente una persona ciega cuando va andando por la calle o realizando sus tareas cotidianas y la verdad que sin lugar a dudas conseguimos nuestro objetivo.

Después realizamos otro juego al que llamamos “Ojepse” [Espejo] dispusimos al gran grupo en círculo y escogimos un libro de lectura sencilla, cada participante tenía que leer pequeños fragmentos del libro a través de un espejo, mientras los demás debían intentar comprender lo que se estaba leyendo. Esta dinámica la queríamos realizar porque también nos interesaba mucho que a parte de comprender lo que supone una discapacidad física, interiorizaran lo que suponía una discapacidad psíquica.

Los niños se quedaron encantados con los juegos porque para ellos eran cosas nuevas que no habían realizado nunca en el bibliobús y nosotros todavía más puesto que  aparte de ver la alegría con la que se quedaban nosotros conseguimos nuestro fin.



El martes volvíamos a Putitih Central ese lugar en que visitamos a nuestros diablillos disfrazados de angelitos… Este martes volvíamos con Elisabeth la profesora de arte que nos visita el segundo y último martes de cada mes. Esa mujer entrañable que hace que los niños disfruten de la pintura y aprendan a trabajar su identidad a través de esta.

Como nos acompañaba Elisabeth y a ella le cuesta también mucho trabajar con el gran grupo y que presten atención, decidimos dividirnos el grupo en dos tramos de edad para así también nosotros poder realizar nuestra dinámica “Ponte en mi lugar”. Como Elisabeth llevaba una sesión adelantada con los niños pequeños nos quedamos nosotros con ellos mientras ella trabajaba con los demás edad.
Hicimos la lectura libre y la ronda diaria como cada día, y ya os digo que no es broma que los niños se saben ya las canciones mejor que yo, tanto que hasta una de las niñas me dijo que cuando salía de allí no podía parar de cantarlas y que en su casa a su madre le tenía la cabeza como un bombo porque a todas horas estaba con ellas en la boca…

Teníamos la esperanza de que esta actividad motivase a los niños y pudiésemos captarlos y embelesarlos con ella…y así fue. Nos dimos cuenta de que estos niños necesitan actividad y realizar cosas distintas a las que están acostumbrados en sus horas lectivas.
La dinámica funcionó muy bien como he comentado y todos participaron de una manera asombrosa, tuvimos los mismos resultados que el día anterior en Huayllani pero con la diferencia de que tardamos más en realizarla puesto que aun trabajando con la mitad del grupo, teníamos más participantes que en la jornada anterior.

Las respuestas de cada niño después de realizar el circuito fueron muy similares, sentían confusión cuando les hablaban todos a la vez, incertidumbre de no saber que se iban a encontrar delante, por lo tanto logramos nuestro objetivo!!

Como ya nos quedaba poco tiempo antes de que les repartieran su merienda decidimos realizar otro juego que también teníamos preparado  al que llamamos “Cada oveja con su pareja”. Repartimos un papelito a cada niño del grupo, en el que figuraba el nombre de un animal. Los papeles estaban repartidos en grupos de animales, excepto uno que no pertenecía  a ningún grupo. Después de realizar el sorteo y repartirlo los niños debían reunirse con sus animales iguales utilizando únicamente el sonido característico del animal. El fin era hacerles ver cómo se puede sentir una persona discapacitada discriminada por no pertenecer a ningún grupo, y la verdad que también nos lo pasamos genial imitando a los animales…todo hay que decirlo.

Ese día para mí ha sido uno de los que más me he vuelto satisfecha y con la sensación de que las actividades que se les presentaban les interesaban realmente y comprendían porque se hacían…además de no olvidarnos de que se lo pasaron pipa…



El miércoles Gonzalo y yo hacíamos de anfitriones de una fiesta en la que juntamos distintas nacionalidades….Era la despedida de nuestra querida Anne que se nos va el próximo 19… Decidimos preparar una fiesta en la que cada persona debía preparar comida típica de su país y así poder probar distintas delicatesen… La verdad que fue todo un éxito y nos juntamos con comida para un regimiento. Tuvimos platos típicos de Bolivia, de Francia, con un pate que no os quiero ni contar…solo de pensarlo se me hace la boca agua y como no, mi famosa tortilla de patata con pimientos y cebolla… que les deje con la abierta de como una cosa tan simple puede estar tan buena!! Si os soy sincera solo eche de menos el jamón…ay como echo de menos el jamón!! Abuela prepárame un buen cocido que cuando llegue que no voy a dejar ni las sobras!!jejeje

La verdad que la comida fue magnífica, hubo de todo, comida que ya se nos salía por las orejas…sobre todo a Gonzalo que no paraba de comer, parecía que hubiera estado ayunando durante tres días para esa gran comilona, hubo muchas risas y sobre todo muchas sorpresas para Anne, esa persona que ha sido mi apoyo durante casi los dos meses que llevo aquí, se ha comportado como una auténtica madre conmigo y de verdad que siempre la recordaré y le estaré eternamente agradecida…la voy a echar realmente de menos…



El jueves la verdad que me levanté bastante fastidiada, llevábamos ya tres días con tormentas y mal tiempo, y me traicionaron las migrañas…yo no sé si fue por el soroche de la altitud o por la gran comilona del día anterior… pero tenía un dolor de cabeza impresionante, asique me resulto imposible acudir al bibliobús y de verdad no os podéis hacer una idea lo que me fastidió no poder acudir porque adoro trabajar con los niños de Pampa San Miguel y porque ese día íbamos a plantar árboles en un parque nuevo que estaban realizando en el pueblo, pero por lo que me comentaron mis  compañeros del bibliobús fue un auténtico éxito y los niños disfrutaron mucho de la actividad, si os soy sincera con eso me sobra y me basta.

El viernes preparamos nuestra segunda sesión del taller de las estaciones, ese viernes íbamos a realizar la primavera, preparé unas flores enormes que íbamos a decorar con trozos de tela de muchos colores, cortesía de Colette, que trabaja como costurera en Francia realizando cortinas, y unos paisajes de niños que íbamos a decorar con flores naturales.

Esa mañana me fui al parque de al lado de casa para recoger flores de todos los colores y  todas las formas para que nos quedara un magnífico panel de la primavera, iba más contenta que unas castañuelas con mi material preparado…pero cuando llegamos a la guardería nos encontramos con la sorpresa de que les habían dado el día libre a los niños porque ese fin de semana empezaban las fiestas de Urkupiña, famosas en toda la localidad, así que nos dieron con la puerta en las narices y me quede con todas las ganas de poder realizar el taller…. Pero no pasa nada el próximo día lo haremos y con más ganas.

Nos quedaba por delante un fin de semana de lo más ajetreado, nos va quedando poco tiempo y lo queremos aprovechar al máximo… Así pues el sábado ya que el tiempo nos lo permitió decidimos ir a la piscina y por fin darnos nuestro primer chapuzón del verano… Asi que nos preparamos una buena comilona, unas cervecitas frescas, el bañador y al agua patos!!

Pasamos una tarde muy buena de risas, cartas y piscineo, volvimos a disfrutar de ese buen tiempo que siempre suele hacer en Cochabamba y lo único que me falló un poco es que el agua estaba totalmente congelada, y cuando digo congelada es que lo estaba, tanto que cuando te metías se te helaba hasta el cerebro…



El domingo como no podía faltar nos fuimos a Quillacollo a las fiestas de Urkupiña, una fiesta que celebran por todo lo alto en honor a la virgen y de la que llevábamos oyendo desde nuestra llegada a Cochabamba.

La fiesta es muy religiosa pero en la que se lo pasan estos bolivianos bomba con su típica chicha, un tipo de alcohol que entra bastante bien pero que pega de lo lindo… vamos que no tiene nada que envidiar a una buena fiesta de pueblo como las que tenemos en España.

En el centro del pueblo montaron una gran feria llena de puestos de artesanías, ropa y sobre todo de comida, porque como ya os he dicho en ocasiones anteriores, estos bolivianos comen como cosacos… Alrededor de la feria había boliches por doquier con su música típica y con sus mujeres y hombres vestidos con sus mejores galas y trajes regionales. Daba gusto verles beber y bailar, tanto que hasta me entraban ganas a mí de seguirles el ritmo pero para bailar esas danzas hay que estar auténticamente preparados….

Y es que la vida no se mide por el número de veces que respiramos, sino por los lugares que nos quitan la respiración… y a mi Bolivia me la quita sin ningún lugar a dudas…







lunes, 10 de agosto de 2015

Nuevos proyectos, nuevas ilusiones...

Muy buenas a todos ya vuelvo a la carga para contaros como cada semana mis hazañas….

Esta semana la empezamos con mucha ilusión porque comenzábamos nuestro proyecto de sensibilización con la discapacidad, teníamos muchas esperanzas puestas en él, y en consecuencia programamos el taller para 15 días y estar seguros de que la noción de discapacidad era comprendida e interiorizada por los niños.

Para esta semana habíamos planificado realizar un cuentacuentos que se llama “Los zapatos de Marta”, el cual trata sobre una historia de una niña que tenía espina bífida y una actividad para realizar títeres de animales con características especiales.

En la planificación decidimos encargarnos nosotros de preparar el material, y debíamos sacar las imágenes del cuentacuentos en tamaño A3, para poder utilizar el Kamishibai, que es una especie de teatro chino para contar cuentos, y poder atraer más la atención de nuestros espectadores.

Gonzalo y yo nos embarcamos en la aventura de encontrar un lugar donde nos pudieran imprimir el cuento en ese tamaño el lunes por la mañana, y habíamos quedado con Arturo en que nos recogía por aquella zona. Pues bien nos recorrimos la avenida Oquendo de punta a punta, una avenida que está repleta de reprografías en cada esquina y cada dos pasos y no encontrábamos ningún lugar donde nos pudieran sacar nuestro cuento y poco a poco veíamos que se nos iba acabando el tiempo… Ya empezábamos a desesperarnos cuando encontramos un estudio de arquitectura donde imprimían planos y había que probar suerte y buscarse las mañas, así que entramos en el estudio y pudimos sacar nuestro cuento por fin, en tamaño plano…pero como dice el dicho a falta de pan,  buenas son tortas…

Con nuestro material ya preparado y a punto, viajamos hacia Huayllani, que nos recibieron estupendamente como cada semana, esos niños son especiales y desprenden un cariño y una alegría verdaderamente impresionante. Empezamos la jornada como cada día con la lectura libre y la ronda, donde nuestras canciones ya se han convertido en un ritual que los niños están deseando realizar, se les ve disfrutando realmente de ese momento y ya se las saben casi mejor que nosotros.

Después sentamos a los niños en semicírculo y realizamos una serie de preguntas sobre lo que ellos pensaban que era la discapacidad, las respuestas fueron muy audaces, mucho más de lo que esperábamos y comenzamos la lectura del cuentacuentos, la atención que nos prestaron fue realmente alucinante, estaban atentos a cada palabra y la verdad que utilizar el Kamishibai, fue un éxito rotundo, puesto que las imágenes a gran escala producían un efecto increíble en ellos, es como si estuvieran viendo una película en la televisión…

Tras la lectura preguntamos que les había parecido el cuento y se notó su capacidad de concentración, pues nos relataron una serie de detalles muy minuciosos de todo lo que habíamos contado. Más tarde realizamos el taller de títeres, repartimos las fotocopias de los animales y les indicamos que debían decirnos que peculiaridades tenía cada uno de ellos, había un elefante sin trompa, un perro que no ladraba porque no tenía boca, un pez con orejas, etc. Pintaron sus imágenes con esmero, las recortaron y les pegamos unos palitos por detrás de la imagen. Disfrutaron mucho de aquella actividad y se fueron a sus casas con el títere más felices que una castañuelas…

Terminamos el primer día de nuestro proyecto muy satisfechos del trabajo que habíamos realizado y de los resultados que habíamos obtenido, esa noche íbamos a dormir a pierna suelta…



El martes volvíamos al colegio Boliviano Japonés  y recibíamos la incorporación de tres miembros nuevos al bibliobús, tres voluntarios franceses que estarán con nosotros durante tres semanas. Son una abuela y su nieto, Collette, una mujer increíblemente activa para su edad, que no entiende ni papa de castellano pero que es de esas personas que tienen un ángel dentro y se mete a los niños en el bolsillo aunque sea hablando en francés. Antonio su nieto, un chico muy simpático, enamorado de la cultura española y de todo lo que tiene que ver con el habla hispana. Y una chica llamada Carla, una persona muy vivaracha y graciosa, por la que corre el arte y la aventura por sus venas.

Ese día volvíamos a realizar nuestro taller de sensibilización con la discapacidad, comenzamos como siempre con nuestro hábito de lectura libre y la ronda, en la cual aprovechamos para presentar a nuestros nuevos colaboradores. La acogida fue muy calurosa, como siempre que viene una persona nueva, les encanta tener caras nuevas y se vuelcan con ellos de una forma muy especial, te hacen sentir como en casa…

Después de la ronda comenzamos como en la jornada del lunes con nuestro cuentacuentos, preparamos a los niños de la misma manera y seguimos los mismos pasos. Pero como os he comentado en ocasiones anteriores con estos niños nos cuesta mucho captar su atención y mantenerlos concentrados, nuestra mayor dificultad es que recién salidos de sus clases pasan a estar con nosotros, sin  cambiar de escenario y sin tener un respiro y lo único que tienen ganas de un poco de juerga…

Conseguimos contar el cuento y que muchos de ellos al final se concentraran en la historia, no sacamos los mismos resultados que el lunes pero de las dificultades se aprende y pudimos sacar mucha sustancia de la actividad al final. El taller de los títeres tuvo mucho más éxito y se dejaron absorber por la actividad con mucha más facilidad, se centraron en buscar las particularidades de los animales y realizaron títeres muy bonitos, llenos de colores vivos. Como a los niños del lunes les encantó la idea de poder llevarse sus trabajos y nada más terminar se fueron corriendo al patio con ellos en la mano jugando sin parar…

Por lo tanto nos acabamos llevando un buen sabor de boca con el resultado que al final obtuvimos ese día.



Como cada miércoles teníamos reunión en la oficina del bibliobús, ese día teníamos una charla de creatividad impartida por un profesor de educación alternativa, que la verdad sea dicha de creatividad no tuvo mucho…. La mayor muestra de creatividad que hubo esa tarde durante la charla fue como colgar la pizarra en la puerta… ¡menuda macana!. Cada día os sorprendo con nuevo vocabulario ehh…jejejeje.

La charla estuvo cargada de nociones históricas y de política, tema principal y de mayor interés entre la población Boliviana, estos hombres y mujeres llevan muy metido en su sangre la política e impregnan todo de ella.

Aunque la charla no fue lo que esperábamos por parte de ninguno de nosotros, siempre sacamos fruto de esas reuniones comentando nuestros avances y retrocesos, y siempre me voy con la impresión que en ese ambiente relajado y distendido acabamos ganando mucha más cohesión en el grupo…

El jueves no salíamos con el bibliobús puesto que era el día de la Independencia de Bolivia, día que llevaban preparando durante toda la semana , fueras por donde fueras te encontrabas banderas bolivianas en todas partes, en las ventanas, en los restaurantes, en los puestos callejeros de comida, y como no, en los taxis, trufis y coches particulares, que como no están tuneados que parecen sacados de una película de need for speed, pues a adornarlos más….

Paseamos por la zona del prado para ver unos cuantos desfiles y marchas que salían ese día con sus mejores galas, y para los que se habían estado también preparando durante semanas con sus tambores y trompetas. Pero debíamos volver pronto a casa puesto que en la reunión del día anterior nos comprometimos a realizar un árbol, para hacer un taller sobre las estaciones con los niños de la guardería el viernes.

Árbol que tardamos en realizar 7 horas, agachados en cuclillas, pintando hojas de periódico, dejándolas secar y arrugándolas para simular la textura de la corteza de los árboles. Hicimos un gran trabajo y nos quedó muy bonito, todo hay que decirlo…. ¿pero quien se levantó con agujetas al día siguiente?, pues yo como siempre, otra cosa no, pero a España  vuelvo con unas piernas más duras que un roble…



El viernes comenzamos nuestro taller de las estaciones con el invierno, estación en la que nos encontramos actualmente en Bolivia, pero vamos que esto es un invierno de chiste por que la temperatura aquí es lo más agradable del mundo, bueno como dicen aquí Cochabamba, eterna primavera…

Ese día disfruto como una auténtica enana con ellos, vamos que me lo paso pipa, son niños muy inteligentes para su edad y la verdad que tienen una capacidad de motivación e interés por todo lo que les rodea que mí me dejan a cuadros… Hicimos nuestra famosa ronda ya, en la que nos piden a gritos el tallarín y el resto de canciones que les hemos enseñado. Después leímos a los niños varios cuentos a los que siempre están super atentos y les dejamos realizar lectura libre.

Para esa sesión preparamos varias imágenes sobre el invierno, eran cuatro imágenes que se repartieron de manera aleatoria a cada niño, y cada una de ellas se realizó con una técnica diferente, la nube con la nieve la hicimos con algodón decorando los copos, la nube con el viento lo realizamos con el papel pinocho utilizando la técnica del doblez decorando el viento, y los niños con ropa de invierno, la bufanda la hicimos pegando trozos de lana y con todas esas imágenes creamos el panel del invierno.
Los niños disfrutaron muchísimo con esas actividades les encantó el hecho de aprender nuevas técnicas y les quedaron dibujos impresionantemente bonitos,  realmente quedó un mural maravilloso…

Y es que lo maravilloso de la infancia es que cualquier cosa es en ella una maravilla.





lunes, 3 de agosto de 2015

No hay mejor equipaje que una sonrisa...


Hola ya estoy de vuelta para contaros mis aventuras en Cochabamba con el bibliobús…

Cómo os comente acabe la semana pasada con unas insufribles agujetas que sobrevivieron en mi cuerpo hasta mitad de semana…

El lunes de camino al lugar donde nos recoge Arturo, el conductor del bibliobús, llevábamos con nosotros una retahíla de que quejidos por las agujetas y solo pensábamos en el momento que nos tocara cantar y bailar en la ronda que hacemos diaria. Cuando llegamos a Huayllani nos recibieron con un entusiasmo impresionante, con abrazos y besos de todos los niños que esperaban el bibliobús impacientes.

Ese día al hacer la ronda cantamos con ellos unas canciones, tuvimos mucha participación y se les veía muy ilusionados y alegres, dentro de la ronda hicimos la dinámica de las cartas porque el lunes pasado por la falta de niños pospusimos el taller y repartimos los nuevos libros, cortesía de la Asociación la Llave Maestra, libros que encantaron a cada uno de ellos y por los que hasta se peleaban por leer… da mucha satisfacción ver la cara de esos chicos emocionados y motivados por la lectura, algo que debería estar alcance de todos ellos y que con el bibliobús hacemos posible.

La idea de escribir a otros niños de otro país les hacía mucha ilusión y escribieron sus cartas muy concentrados, intentando contar todo lo que les gustaba hacer, como era su país, su familia, su colegio. Hicieron dibujos magníficos en esas cartas y me preguntaban sin cesar cuando iban a recibir sus contestaciones, si podían preguntarles a ellos sobre sus vidas y si podrían venir algún día a visitarlos. Les comenté que nunca se sabe que puede pasar, pero que lo importante es que a través de esas cartas podrían hacer amigos estando muy lejos los unos de los otros.

La dinámica funcionó muy bien y recogimos cartas maravillosas de esos niños realmente emocionados por la idea de tener nuevos amigos de esta manera tan original.



El martes ya íbamos recuperándonos de esos terribles sufrimientos que estábamos padeciendo, nuestras piernas poco a poco iban respondiendo… Fuimos al colegio Boliviano Japonés, que está en Putiti Central, ese día tuvimos nuevos acompañantes que se animaron a ver cómo funcionaba el biliobús, eran una pareja de profesores que estaban recorriendo el país, y sabían del bibliobús por dos amigos suyos que habían sido voluntarios en este proyecto unos años antes.

Como siempre la acogida es impresionante, particularmente a mí, es el momento que más me emociona, ellos también se quedaron anonadados de la acogida que nos ofrecen estos chicos. Hicimos la ronda de bienvenida como de costumbre y cantamos las canciones que poco a poco ellos también se van aprendiendo y cada día disfrutan más, y como digo siempre, yo la que más, cuando estoy con ellos vuelvo revivir mi infancia y me traslado a los 7 años… ojala fuera verdad jejeje..

En este lugar es en el que más nos cuesta que los niños se concentren en las actividades que proponemos, pero para nuestra gran sorpresa la mayoría de los niños que se habían llevado las cartas a casa para que fueran ayudados por sus familiares, habían terminado esas cartas de manera muy concienzuda. Habían puesto mucho cuidado en no cometer faltas de ortografía, en poder exponer y explicar de manera correcta sus ideas y se esmeraron mucho en que quedaran bonitas, con dibujos, pegatinas, etc.

Ese día dimos un repaso a todas las cartas para que no se nos escapara ninguna falta, signo de puntuación o acento, explicándoles a los niños en que habían fallado y porqué. Como la mayoría de ellos habían terminado ya sus cartas y estaban pasadas a limpio, hicimos un taller de sobres. Les enseñamos a realizar sobres y después les indicamos que los decoraran.  Realizaron unos sobres realmente bonitos, llenos de detalles y dibujos, hicieron un gran trabajo.

Los chicos que nos acompañaron se mostraron muy activos durante toda la jornada y realmente nos ayudaron mucho, les encantó el trabajo que se realiza con los niños en el bibliobús y es que no es para menos, yo estoy encantada de poder participar y sentirme parte de esta aventura y cada día más.



El miércoles como de costumbre teníamos reunión para analizar cómo había transcurrido la semana, pero por la mañana nos llamó Anne contándonos que se anulaba la reunión porque había manifestaciones en la Universidad, que está colindando con la oficina y que llevan en huelga ya cuatro meses. Y aquí las manifestaciones no son pantomimas como las que realizamos en España, otra cosa no, pero eso los Bolivianos si se lo toman en serio como debe ser…

Así que puesto que teníamos el día libre decidimos ir a disfrutar de la maravillosa gastronomía de esta ciudad, otra cosa en la que destaca los autóctonos, comen como cosacos… probamos el trancapecho, plato del que nos habían hablado mucho. Es como una especie de kebab, con carne de res, arroz, tomate, cebolla, huevo y como no picante, pero no picante como el que conocemos en España, si no picante que te quema por dentro y te hace ponerte más rojo que un tomate…

Nos fuimos a “las islas” que es un lugar muy típico de Cochabamba, lleno de puestos de comida y  un hervidero de gente. Al principio la combinación no nos llamaba mucho pero esta increíblemente bueno !vamos para repetir y rebañar el plato!. Y esto va por mi abuela, que no se preocupe, que estoy comiendo bien.




El jueves volvíamos a Pampa San Miguel, el pueblo más pobre de todos los que visitamos, pero el que más llenamos de alegría y felicidad. De camino hacia el pueblo, Lupe, la coordinadora pedagógica, estuvo muy “revoltosona” como dicen aquí, y pasamos un viaje muy agradable, la verdad que conforme va pasando el tiempo vamos cogiendo más confianza entre todo el equipo, realmente hay muy buena onda… hay que ver como voy cogiendo el vocabulario, os dais cuento no…jajajaja.

Cuando llegamos el lugar donde solemos realizar la actividad estaba lleno de obreros y había cables con corriente eléctrica por todas partes, así que decidimos trasladarnos a otro lugar por la seguridad de los niños. Perdimos bastante tiempo entre que pedimos permiso para poder utilizar otro lugar y trasladarnos, pero mereció la pena solo por ver la cara de esos niños emocionados montados dentro todos del bibilobús, parecíamos sardinas enlatadas, pero como dice el dicho sarna con gusto no pica.

Ese día también trajeron sus cartas de casa y las revisamos como el día anterior para comprobar que no había faltas de ortografía, en esta ocasión las cartas constaban con muchas mas faltas, también se nota que el nivel cultural de las familias en este lugar es más bajo, pero realmente no tenían nada que envidiar a las de los otros pueblos, habían puesto todo su esfuerzo y entusiasmo en realizar los dibujos y eran cartas preciosas.

La verdad que trabajar con estos niños es un auténtico lujo, son super atentos y absorben como auténticas esponjas, se les ve disfrutar de todas las actividades de una manera impresionante y ver sus caras de felicidad no tiene precio…

El taller de los sobres también fue un auténtico éxito, pusieron todas sus ganas y creatividad en la actividad y el resultado fue inmejorable. Como son tan aplicados terminaron sus sobres muy pronto, y pudimos alargar el momento de juego más. Sacamos varios rompecabezas, los cuales montaban con una destreza que realmente impresionaba, son muy inteligentes y a mi me hacen sentirme muy torpe, puesto que mientras ellos montan 3 rompecabezas yo hago cortocircuito realizando uno…

El jueves siempre me vuelvo con una gran sensación en el cuerpo, es el día que más pobreza y miseria veo, pero es el día que más orgullosa me siento de mí misma por poder ayudarles a volver a ser niños y poder disfrutar de su infancia.




Después de la jornada del jueves realizamos la reunión, puesto que fue anulada por la huelga. Fue una reunión muy fructífera en la que Anne, sobre todo quería que comentáramos los puntos débiles que habíamos visto del proyecto y propuestas de mejora para ir avanzando en nuestra andadura. Pudimos compartir entre todos nuestras impresiones y sacamos varias cosas en común muy productivas para poder ir mejorando nuestras actuaciones. Gonzalo y yo también hablamos sobre como queríamos llevar a cabo nuestro taller de sensibilización de la discapacidad y las actividades que pensábamos realizar, para el que nos han dejado las siguientes dos semanas.

El viernes fuimos a la guardería “Mis huellitas”, lugar donde disfruto como una auténtica enana con ellos y lugar donde aprendo muchísimas cosas de esas pequeñas cabecitas, pero impresionantemente activas y curiosas. 

Como en este lugar es la segunda vez donde vamos, no se había planeado ninguna actividad para realizar con ellos. Gonzalo y yo en la reunión del jueves propusimos que podíamos realizar una actividad de multiculturalidad, pintando dibujos de niños de distintas nacionalidades, recortarlos y después unirlos a través de un cordel de lana, para que cogieran la noción de que todos los países están unidos, puesto que nuestro propósito con esos niños es que desarrollen su motricidad fina, a la vez que aprenden nuevos conceptos y desarrollan su capacidad de tolerancia.

El resultado de la actividad fue mucho mejor del esperado, los niños captaron con mucha rapidez el objetivo de la actividad y nos repetían sin cesar que estábamos uniendo las razas y las culturas. Mientras pintaban les explicábamos que en cada zona del mundo hay personas con distintos rasgos, distintas culturas y distintas formas de ver la vida, pero que a la vez todos somos iguales. Fue una actividad realmente linda de la que disfrutamos tanto los pequeños como los mayores.




Cada vez estoy más ilusionada y más contenta del trabajo que estoy realizando, y poder ayudar a que la infancia sea ese periodo de poder cumplir y conseguir ilusiones y sueños es la satisfacción más grande que me puedo llevar…

Y por ahora esto es to, esto es to, esto es todo amigos… ¡hasta la semana que viene!.